La ópera I Pagliacci se presenta esta noche en el Anfiteatro
Enrique Folger, Paula Almerares y Leonardo López Linares encabezan un elenco de 150 artistas.
La apuesta es maravillosa, tendiente a llenar de música la noche del Parque Urquiza, con el fin puesto en sorprender al paseante habitual o eventual. Organizado por Municipalidad de Rosario y Teatro El Círculo, I Pagliacci reúne en su elenco a 150 artistas en escena. Enrique Folger (Canio), la soprano Paula Almerares (Nedda) y el barítono Leonardo López Linares (Tonio), estarán acompañados por los cantantes locales Andrés Novero (tenor, Arlequín) e Ismael Barrile (barítono, Silvio). Juan Pablo Arce y Andrés Cofre actúan interpretando a campesinos. Participan también la Orquesta de la Ópera de Rosario (con dirección de Carlos Vieu), el Coro de la Ópera de Rosario (con dirección de Horacio Castillo) y el Coro de Niños (con la preparación de Morena Sánchez Mastrángelo), junto a artistas de la Escuela Municipal de Artes Urbanas, dedicados a interpretar las escenas circenses.
“Yo quiero que la ópera, la música clásica, el ballet, salgan a la calle, que estén en la calle antes que adentro del teatro. Es cierto que es difícil hacerlo, tenemos que movilizar y amplificar 70 músicos de orquesta, 50 o 60 de coro, más todos los solistas; es oneroso pero es una inversión cultural, dedicada a dar a conocer algo”, prosigue Martínez en diálogo con Rosario/12. En este sentido, el director no duda en referir el impacto que la ópera tuvo durante su juventud: “de chiquito yo hacía rock and roll, pero cuando conocí la ópera, alrededor de los 20 años, se me cayó una lágrima. Me di cuenta de qué era lo que quería”.
“La música clásica llega. Somos los responsables de hacerlo y no de pensar que sólo se escuche puertas adentro”.
“La idea fue de Rubén Martínez, él nos juntó para sacar la ópera a la calle, para que la gente escuche y se pregunte qué está pasando y lo descubra”, comenta Paula Almerares y agrega: “la ópera se ha vuelto elitista, al teatro sólo viene un mismo grupo de gente. Eso es algo que se va desgastando y vamos a terminar por quedarnos con nada. Tenemos que lograr que la juventud también tenga esa inquietud, y eso no es difícil. (Luciano) Pavarotti un día salió a la calle con los tres tenores, o con un grupo de rock, y la gente lo recuerda. La música clásica llega, pero somos nosotros los responsables de hacerlo y no de pensar que sólo deba escucharse puertas adentro”.
El ensayo grupal en el foyer de Teatro El Círculo, al cual Rosario/12 tuvo acceso, permitió apreciar a un grupo de trabajo en sintonía y mutuo respeto. Al respecto, Leonardo López Linares destaca que “hace muchos años que trabajamos con este equipo de artistas, y nos queremos mucho en lo personal. Hacer esta obra en el Anfiteatro es un privilegio y desafío, y esperamos estar a la altura del público de la ciudad con nuestro canto, con nuestra música, y nuestra visión de esta obra, que es una de las mejores obras para poder mostrar al aire libre”.
Según Martínez, “la ópera ha tomado de manera general a los grandes bestsellers: los grandes autores como Verdi, Puccini, Wagner, han apelado a los grandes escritores como Molière, Shakespeare, Boldoni. Pero hay que tener presente la referencia históricamente, porque los músicos y la ópera son parte de la historia de la humanidad. En el caso de I Pagliacci se trata de verismo puro, porque cuenta la verdad, lo que sucede, el verismo era como la denuncia de ese momento. La obra es de 1892 pero tiene vigencia: en el siglo XXI estamos intentando cambiar la violencia de género y dar a la mujer el lugar que le corresponde. Es importante saber que estos autores mostraban esto. En nuestra puesta el final cambia, es muy fuerte, pero no lo puedo contar”.
El carácter histórico y a la vez atemporal de la obra de Leoncavallo agrega un matiz mítico, que López Linares distingue del modo siguiente: “I Pagliacci es una carpa de circo que bien puede trasladarse a estos días, por eso es un verismo, un hecho dramático sobre esa persona que sufre un desengaño amoroso; quizás también sufre la pobreza, porque estas compañías de circo pasaban hambre y llegaban a pueblos desprovistos de todo. Tal vez esto desencadena el ataque de celos de Canio hacia Nedda y su amante, y este pobre personaje de Tonio que es un malvado pero que luego se arrepiente, porque en el fondo es un hombre que sufre. Ya lo dice en el prólogo: los artistas sufrimos, pero la gente paga y hay que salir aunque uno se esté destrozando por dentro. De esta manera, Leoncavallo logró representarnos a todos los artistas”.